domingo, 12 de febrero de 2012

La libertad guiando al pueblo II

“Si no he luchado por la patria, al menos pintaré para ella.” Eugene Delacroix

La libertad guiando al pueblo es un cuadro pintado por el señor Delacroix, conservado actualmente en el Louvre en París. El lienzo representa las barricadas levantadas en París como reacción por la supresión del Parlamento y la intención de restringir la libertad de prensa. Delacroix representa a la Libertad como una guía que conduce al pueblo y la obra se ha convertido en un ícono universal de la lucha por la libertad.

Me encanta el cuadro por lo que representa, y desde hace tiempo había querido recrear una interpretación de él... Aquí lo tienen, una abstracción de la Libertad guiando al pueblo, a mi pueblo.


sábado, 11 de febrero de 2012

Chafa

11 de febrero de 2012

Hablemos de lo “chafa” que es Guatemala.

Hubo hace muchísimo tiempo una civilización en Mesoamérica, cuyo centro era Guatemala. Durante mucho tiempo, en ese territorio se hablaron cientos de dialectos que generaron distintas lenguas mayas que, afortunadamente, sobreviven hoy en día. Fue una cultura importantísima que dejó un legado científico, artístico y astronómico sin precedentes. De esta época también se conserva aún en Guatemala el huipil de las mujeres, con hermosos diseños geométricos.

Los mayas tenían acceso a grandes cantidades de jade, cuarzo y oro... Como para no envidiarlos. Crearon artículos para teñir su vestimenta, entre ellos el añil de donde sacaron el “azul maya”, su color especial. De un insecto sacaron el rojo y de un caracol, el violeta.

Una de las cosas a destacar es que la mujer tuvo posiciones elevadas en la sociedad, y eran muy importantes para la economía familiar. Se dedicaban a diseñar, esculpir, tallar y tejer, criaban animales y elaboraban la comida y la bebida.

Concibieron un juego de pelota como ritual, como algo vital para su vida social y su cultura... Curiosamente, a los guatemaltecos el amor por los juegos de pelota no nos ha abandonado en lo más mínimo.

El arte maya es de excelente calidad y manufactura... Tallados y relieves, estelas, murales, alfarería, cerámica, escultura y otros. Ah, y no puedo olvidar contarles sobre lo que más me gusta, su Arquitectura. Las construcciones mayas fueron hechas con perfección y precisión de proporciones, y con trazos reguladores que ordenaban sus composiciones. Los centros de poder religioso y comercial se convirtieron en increíbles ciudades como Tikal. En cuanto a Diseño Urbano, los mayas adaptaban sus ciudades a la topografía de cada ubicación en particular y en sus construcciones integraban características de la Naturaleza. En el corazón de sus ciudades existían plazas rodeadas por edificios gubernamentales y religiosos, como la acrópolis real, templos de pirámides y canchas de juego de pelota. El Mirador y Tikal fueron más grandes ciudades que las mexicanas...

Una de las características que se encuentra entre mis favoritas sobre su Arquitectura es que mientras menos importante era la construcción, mayor era su privacidad. Lo que quiere decir que si un edificio era importante, todos tenían acceso a él. Constantemente se añadían más estructuras y las existentes se remodelaban, y se ponía atención a la orientación de los templos, construidos de acuerdo a la observación maya de las estrellas. Lo sorprendente de todo esto es que carecían de tecnología para realizar tales construcciones... Sin metal, sin poleas, y probablemente sin la rueda, lo lograron con simple fuerza humana.

También utilizaron un sistema de escritura que consistía en una combinación de símbolos, con los que se concibieron ejemplos de literatura maya, como el Popl Vuh. La música maya se basaba en instrumentos de viento y percusión, como silbatos, flautas, caracoles, xilófonos, caparazones de tortuga y bastones de madera.

Los mayas fueron matemáticos que utilizaban un sistema de numeración vigesimal y desarrollaron el concepto del cero antes que cualquier otra civilización. Produjeron observaciones astronómicas precisas, diagramas de movimientos lunares y planetarios, y descubrieron la medida exacta de la duración del año solar.

Afortunadamente, de la gran civilización Maya aún tenemos a los K'iche', Kek'chi', Mam, Kaq'chiquel, Pokom'chi, Ixil, Tzutujil, Popti', Pokomam...

Y ahora, ¿qué tan “chafa” te parece Guatemala?

sábado, 12 de noviembre de 2011

Lo que yo quiero

11 de septiembre de 2011


Faltando unos pocos días para el 15 de Septiembre, tengo ganas de decir algo. Quisiera empezar con un breve glosario, para que aclaremos desde el inicio mi postura, evitando malentendidos.

Machismo: el conjunto de actitudes y prácticas aprendidas, llevadas a cabo en pro del mantenimiento de órdenes sociales en que las mujeres son sometidas y discriminadas.
Hembrismo: el conjunto de actitudes y prácitcas aprendidas, llevadas a cabo en pro del mantenimiendo de órdenes sociales en que los hombres son sometidos y discriminados.
Feminismo: el conjunto de actitudes y prácticas adquiridas, que tienen como misión la igualdad de derechos y aceptación entre hombres y mujeres.

(Esto es por todas las mujeres y niñas que se sienten oprimidas, que han sido asesinadas o violadas. Incluso va para todas quienes no se sienten "suficiente" en medio de esta sociedad que nos exige perfección, para todas quienes se miran a un espejo y se odian porque han creído que deben ser eso que se espera que sean.)

Se nos vinieron encima los 190 años de nuestra Independencia... Pensando en esto y en el año electoral, me dio una nostalgia incomparable. Creo que quise llorar. Quise llorar porque me pregunto qué tan "independiente" y qué tan "libre" es una sociedad en la que las mujeres sufrimos cualquier tipo de rechazo, discriminación, violencia y opresión... A diario.

¿De qué sirve el acta de Independencia? ¿De qué sirven los acuerdos de Paz, la declaración de Derechos Humanos? De qué sirven tantas palabras si la realidad es que mientras exista violencia contra la mujer, aún no hemos alcanzado realmente la equidad, el desarrollo, la libertad y la paz.

Ser mujer en Guatemala es una de las contradicciones más grandes con las que me he tenido que enfrentar. Es fuerza, belleza, reto... Pero, lamentablemente, en nuestra sociedad ser mujer es ser objeto de represión y violación física, psicológica, emocional y sexual. Ningún hombre es capaz de entender lo duro que es el yugo con el que se nos oprime y violenta, ninguno es capaz de comprender las dimensiones de la presión que la sociedad y el machismo nos impone.

No digo que no exista violencia contra hombres también. Es evidente que la violencia en Guatemala, a fin de cuentas, no discrimina sexo y no pretendo dar discursos hembristas… Solamente creo que es necesario hablar de algo que entre jóvenes no hablamos. La violencia contra la mujer es una vergonzosa violación de los derechos humanos, no conoce límites económicos, culturales ni sociales; se da en casa de pobres y en casa de ricos, en jaula de alambre y de oro. Es necesario que tanto hombres y mujeres nos comprometamos a promover la dignificación de la persona, y para esto debemos entender que la mujer tiene los mismos derechos y capacidades que un hombre… Pero este sigue siendo aún un concepto difícil de entender para algunos.

Hombres, tal vez ustedes no se dan cuenta de cuándo son violentos con nosotras, pero sucede con más frecuencia de la que imaginan. Violencia no es sólo el femicidio, la prostitución, la violación sexual, la desaparición… La violencia tiene muchas caras. Por ejemplo, yo puedo decir que me siento violentada en esta sociedad porque tengo claro que, para la mayoría, mi cuerpo vale más que mi alma y mi mente, y por ende no valgo nada. No es necesario un cuchillo o una pistola, sino cualquier mirada o palabra puede hacer a una mujer reducirse a algo insignificante.

Gracias a Dios, he tenido la bendición de nacer en un hogar en donde soy respetada por cada miembro de mi familia y de crecer en un ambiente donde estoy segura y protegida. Sin embargo, esta no es la realidad de la gran mayoría. Hay mil razones para no aceptar que la violencia contra la mujer es una realidad en nuestra sociedad, pero debemos romper el silencio y proclamar que estas violaciones no son naturales.

Mis queridos compatriotas, los exhorto a que nos veamos con los ojos del corazón, a que nos demos el respeto que se nos ha negado y a que reconozcamos la dignidad del uno y el otro. La verdadera Independencia de nuestro país depende de nuestro esfuerzo por tratarnos todos como personas,  de nuestro esfuerzo por darle lugar a los derechos de todos los ciudadanos. Lo que yo quiero es una Guatemala más justa y libre, en que los hombres y mujeres vivamos con equidad y dignidad. Lo que yo quiero es una Guatemala donde me sienta segura y no amenazada, una Guatemala donde me sienta humana y no objeto.

Una Guatemala Independiente es aquella que es soberana, libre, en donde ninguno de sus ciudadanos es esclavizado, sin importar sexo, condición económica, social y creencias. Lo que yo quiero es que se detenga cualquier forma de violencia, discriminación de género y corrupción, que se fomenten los derechos humanos, la dignidad y el respeto hacia la persona. El desarrollo pleno de nuestro país depende también de nuestra lucha contra las injusticias que se viven en todos los sectores de la sociedad, depende de la búsqueda de la justicia e igualdad de oportunidades sin discriminación alguna.

Sé que es más complicado de lo que parece, pero este es un problema que se nos fue de las manos y es nuestro deber como ciudadanos de esta nación buscar su bienestar. Empecemos respetándonos como seres humanos. Hombres, empiecen viendo a la mujer por su alma y dignidad. Mujeres, empiecen viéndose a sí mismas de la misma manera. Sólo así podemos comenzar a construir una Guatemala en la que, desde nuestra innegable individualidad, todos trabajemos por la meta de la paz y la equidad.

De la niñez, la prostitución y otros

18 de febrero de 2011


El reflejo de una sociedad es la forma en la que trata a sus niños. ¿Cómo es, entonces, la sociedad guatemalteca? ¿Qué tan oscura es su realidad? ¿Qué tan profundos son sus vacíos?

Los niños y niñas de los sectores marginados de Guatemala son agredidos diariamente de diferentes formas con abusos, maltrato y violencia. Estos niños son víctimas de la violencia intrafamiliar, la pobreza, la desintegración, el trabajo infantil, la marginación, la desigualdad de derechos, la delincuencia, la educación deficiente, la prostitución e innumerables injusticias.

La violencia intrafamiliar representa uno de los 70 problemas revelados en el mapa de conflictividad social de Guatemala, que realiza la PDH (Procuraduría de los Derechos Humanos). El maltrato y abuso en el hogar, dirigidos mayoritariamente hacia la mujer y a los niños, son problemas que afectan al individuo, la familia, la comunidad y la sociedad en la que esto se desenvuelve, impidiendo y dificultando el desarrollo integral del país. En la región de América Latina y el Caribe, no menos de 6 millones de niñas, niños y adolescentes son objeto de agresiones físicas y emocionales severas, y 80 mil mueren cada año por la violencia que se desata en el interior del núcleo familiar. Cualquier niño, sin discriminación de edad, sexo o condición socioeconómica debe ser protegido y no víctima del maltrato infantil en cualquiera de sus formas.

Cada vez más, las familias se desintegran, y esta desintegración constituye también una de las razones por las cuales los niños son abusados física y psicológicamente, privándose así su desarrollo y crecimiento personal.

La cultura y tradición de Guatemala también influye en la concepción que se tiene sobre el maltrato infantil. Las formas de crianza en nuestros antepasados nos demuestran que cosas que se hacen o solían hacer nos parecen naturales, aunque sean negativas. El maltrato de los niños y mujeres en nuestra sociedad es parte de la cultura, la cual está hecha de rutinas y prácticas cotidianas que son percibidas como “normales” en un ambiente de machismo y violencia. Únicamente cambiando desde la vida cotidiana estas prácticas, la situación de los niños y mujeres podrá cambiar.

En Guatemala, de un total de 698 casos de maltrato registrados en los hospitales generales San Juan de Dios, Roosevelt e IGGS, el 47% corresponde a maltratos físicos, un 36% a abandono y un 17% a abuso sexual. Estos registros no representan concretamente la situación, ya que la mayoría de casos de maltrato no son denunciados, pero si son indicativos de la gravedad de la situación.

En adición, los niños de los sectores marginados de la sociedad guatemalteca son víctimas de la pobreza que se da en la mayoría del territorio de nuestro país. Nuestra sociedad se ve involucrada en la pobreza tanto en lo educativo, económico, social y ambiental, y existe una exclusión, inequidad y vulnerabilidad en muchos lugares de la ciudad capital y las áreas rurales.

En Guatemala, el 65% de los niños menores de 5 años viven en una situación de pobreza. Esta es una problemática que abarca una serie de dimensiones que hacen difícil definirla por completo, pero representa la privación del bienestar, la inaccesibilidad y la falta de oportunidades para alcanzar la prosperidad de los niños. El 27% de la población sobrevive diariamente con menos de un dólar; este indicador refleja una penosa realidad cotidiana, caracterizada por la pobreza, el hambre, las privaciones y las enfermedades. La pobreza está fuertemente ligada con la salud deficiente, ya que en Guatemala la cobertura de servicios públicos de salud es escasa.

En realidad, Guatemala es el caso más terrible de Centroamérica, donde sólo el 34% de la población tiene acceso a los servicios de salud. Por esta razón, se tiene una alta tasa de mortalidad en menores de 5 años: 92  de cada 1000 niños mueren antes de cumplirlos. En los sectores marginados de la población, el porcentaje de mujeres que  se vacunan en contra de enfermedades al estar embarazadas es muy bajo, con un 35%. Esto evidencia que desde antes de nacer, los niños no reciben un servicio de salud e higiene correctos y a lo largo de su vida, el 85% de ellos presentan algún grado de desnutrición.

La educación pública es la única a la que tiene acceso el sector pobre, pero esta es altamente deficiente en todo el país. Además, del total de niños y niñas que están aptos para ir a la escuela, muchos se ven obligados a privarse de este derecho o lo gozan de forma mínima, debido a la lejanía entre sus viviendas y los centros educativos, las migraciones familiares, el trabajo infantil y la pobreza extrema. En Guatemala, de cada 10 niños, 7 no tienen acceso a la educación entre los 4 y 6 años de edad. De 7 a 14 años se tiene una cobertura educativa de 60% y de 15 a 18 años, una cobertura de únicamente 20%.

No es sólo la educación de los niños la que causa preocupación, sino también la de los padres y madres de familia. La escolaridad promedio de los responsables del hogar es de 3.8 años aprobados, lo cual quiere decir que no llegan al cuarto grado de primaria ni satisfacen la escolaridad obligatoria de acuerdo a la Constitución de la República.

La deficiente educación de los padres de familia se une a la grave situación de desempleo que hay en el país. Debido al grado bajo, y a veces nulo, de escolaridad, los padres no tienen oportunidad de desarrollarse laboralmente y ejercen trabajos por los que reciben un salario muy corto. Esto conlleva a que el progreso económico de las familias recaiga en los hombros de los niños. Cada año, alrededor de 450 mil niños y niñas entre 7 y 14 años, sufren problemas en su educación escolar porque están trabajando. Y con la privación casi total de su derecho de educación, la niñez trabajadora se enfrenta a una serie de riesgos como: el uso de herramientas cortantes y el contacto con substancias químicas dañinas, tal como los fertilizantes o la pólvora.

Y finalmente, una de las más crudas realidades de Guatemala es la prostitución. Debido a la fuerte situación de desempleo del país y a la cultura patriarcal y machista que aún existe en nuestra sociedad, el trabajo del sexo comercial se hace cada vez más latente. A muchas mujeres se les limita su movilidad y libertad cuando los traficantes de prostitutas y proxenetas les quitan sus documentos de identidad y las encierran para trabajar. Muchas prostitutas fueron iniciadas antes de los 15 años de edad, cuando difícilmente tenían los recursos para defenderse.

Sin embargo, muchas mujeres se desarrollan en el trabajo del sexo por necesidad. Al muchas veces ser abandonadas por sus familias y parejas, y dejadas solas, en ocasiones, con niños a su cargo, las mujeres que nunca han tenido oportunidad de educación y que han sido abusadas física, sexual y/o emocionalmente tienen que buscar la manera de ganarse la vida... "La vida fácil" dirían muchos. No es fácil ser puta. No es fácil vivir en una sociedad que te margina por ser mujer y ser pobre, que no da ni una oportunidad, que te asesina con el filo de sus prejuicios o te mata con sus miradas.

Existe también la explotación sexual de niños, niñas y adolescentes, que es, sin duda, la más grave violación a sus derechos humanos. Es una forma de trabajo que implica una serie interminable de crímenes en contra de la dignidad de las personas que son víctimas de este. El traficante no es empleador sino explotador, y en Guatemala hay muchísimos criminales que lucran con las vida, cuerpo y sexualidad de muchas mujeres, niños y niñas.

Quienes laboran en el mundo de la prostitución, se ven amenazados diariamente con infecciones de transmisión sexual, embarazos no deseados, esterilizaciones forzadas, lesiones físicas, agresiones emocionales, femicidios, desapariciones, discriminación y negación del desarrollo personal, la libertad y la individualidad. Y las consecuencias que sufren las familias de estos trabajadores del sexo son irreparables.

Nuevamente, el ámbito familiar es un factor de riesgo que coloca en grave vulnerabilidad a los niños, niñas y adolescentes. Muchas familias son violentas, abusadoras y explotadoras en el hogar, poseen formas de crianza autoritarias y relaciones sexistas en donde se discrimina y maltrata a las niñas. Esto se da en un contexto de desprotección, pobreza y escasez de oportunidades educativas y laborales.

Podemos ver, entonces, que la prostitución en Guatemala no es sólo alarmante en mujeres, sino también en niños y niñas. Se estima que hay más de 2 mil niños y niñas que son explotados sexualmente en más de 600 centros de prostitución. Los departamentos de San Marcos, Escuintla, Alta Verapaz y la ciudad de Guatemala son los que presentan los más altos índices de prostitución infantil.

La prostitución se deriva de la violencia, como una forma de explotación a la mujer y un problema social significativo; y plantea que los sueños de libertad y equidad entre mujeres y hombres son inalcanzables mientras personas compren, vendan y exploten a mujeres, niñas  y niños prostituyéndoles. Los niños, niñas, adolescentes y mujeres prostituidos o que viven en un contexto de prostitución merecen atención y respeto, más que una exclusión y condena social.

Entonces... ¿Qué nos queda? ¿Cuál es nuestra obligación moral con el resto de seres humanos con quienes compartimos una tierra y una sociedad? ¿O es siquiera correcto decir que "compartimos una sociedad" cuando las grandes mayorías son marginadas, ignoradas y dejadas fuera de esta? ¿Qué podemos hacer aquellos pocos que hemos tenido la bendición y la suerte de nacer en un hogar diferente al de estas víctimas del mundo?

Pensar. Reflexionar y empezar a buscar formas para cambiar lo que está establecido.

69 por ciento

14 de noviembre de 2010


¿Sabías que alrededor del 69% de la población guatemalteca actualmente se encuentra debajo de los 30 años? Somos la indudable mayoría y quienes tienen la energía para ser el motor y el reflejo de un cambio de actitud en la población, incentivándola de manera positiva a trabajar por un mejor país, comenzando, claro está, por uno mismo. Nuestra actitud hacia la sociedad, para crear las condiciones más favorables para su desarrollo, debe ser de disposición para conocer cuanto nos sea posible acerca de su estructura y funciones. Nuestro deseo debe dirigirse a libertar al individuo, en cualquiera de las clases sociales, de lo que lo obliga a seguir las vías de una cultura de opresión. Tenemos el derecho de conocer y elegir entre diferentes formas de vida, y estoy segura que la actual en Guatemala NO es la que la mayoría desea. Pensemos globalmente pero actuemos localmente, ofreciendo nuestro trabajo - la prueba visible de nuestro amor a la vida, al mundo y al prójimo - por la paz en nuestro país.

No decidamos no decidir, no pensar por cuenta propia e ignorar lo que está sucediendo alrededor. Las injusticias no puedem continuar así; es nuestro deber como seres humanos participar y buscar el bien de nuestra sociedad. La responsabilidad con nuestras acciones y prójimo puede ser expresada de muchas formas; para nuestra fortuna, la vida diaria de una comunidad puede darnos este desafío. Involucrarse en soluciones a los problemas que agobian a nuestras comunidades y a la sociedad debe ser parte importante de nuestro crecimiento colectivo y personal, considerándonos ciudadanos, no tanto de un sólo país como de todo el mundo.

Es necesario que involucremos también a otras personas y compartamos con ellos el deseo de cambiar, es necesario que le expresemos a las autoridades cómo miramos las cosas, que denunciemos  injusticias y defendamos a quienes son abusados, todo esto en la lucha de un mundo más humano y de una Guatemala democrática, libre y enamorada de la paz. Es necesario que apreciemos a cada persona como un ser que merece ser amado y que puede dar mucho, que es un ladrillo viviente, desde su identidad individual, en la construcción de un mejor país

Mi vida vale más que la bala que me la quitará

21 de octubre de 2010


Hemos elegido a los representantes de nuestro pueblo, con el fin de que sean ellos quienes aseguren la preeminencia del individuo humano y su vida como lo más importante en el orden social de la nación. Es fundamental que sean estos representantes quienes promuevan valores espirituales y morales a la sociedad, que se hagan responsables de la consolidación de la seguridad, la justicia, la equidad, la libertad y, sobre todo, la paz.

Debemos recordar, sin embargo, que la paz es deber y derecho del Estado de Guatemala, no sólo de su Gobierno. Guatemala es un Estado que de libre, independiente y soberano parece no tener nada, y es deber de cada uno de los habitantes de este país cambiarlo. Nuestra forma de Gobierno es solo una parte representativa de la nación y no está exclusivamente en su poder transformar las situaciones injustas que se viven diariamente.

Entendiendo que no es sólo deber del Gobierno velar por el bienestar del país pero que éste debe luchar incondicionalmente por ello, debemos exigirle una mejor educación y que la pública llegue a más gente porque esta es un arma poderosa con la cual podemos transformar nuestras circunstancias. Debemos exigir seguridad y amparo para la niñez y la juventud, porque no hay reflejo más concreto de una sociedad que la forma en que esta trata a sus niños. Finalmente, debemos exigir que el dinero de nuestra nación deje de ser gastado en incoherencias e ilegalidades y sea invertido en educación, salud y seguridad… O el destino de nuestra nación será devastador.

Y a vos, que estás leyendo esto, te exhorto a buscar la libertad que tanto anhelamos. Ser libre no es solamente quitarnos las cadenas que nos atan, sino vivir una vida que respete y engrandezca la libertad de los demás. Tenemos demasiados problemas, estamos en lo que parece ser una calle sin salida, en un país sin escapatoria. Por esta razón, no habrá un camino fácil hacia esta libertad, y muchos de nosotros tendremos que pasar por un díficil camino y la tragedia una y otra vez  antes de que lleguemos a la cima de nuestros deseos. Si, es cierto… Pero aún así, debemos dar el primer paso.

Una nación que continúa produciendo hombres y mujeres con mentes débiles está garantizando su propia muerte: la planifica. Jóvenes guatemaltecos, demandemos nuestra libertad a quienes nos oprimen, pues ellos no nos la darán voluntariamente. Luchemos por un país sin violencia, donde en su centro se viva el principio del amor. Rehusémonos a aceptar la vista trágica que tenemos frente, acabemos con nuestra guerra de todos los días, empezando por creer que esta no puede ser nuestra realidad para siempre.

El poder del Gobierno de la República debe ser limitado exclusivamente a sus funciones primordiales. Por nuestra parte, los ciudadanos debemos comprometernos con los ideales de constitucionalidad y libertad individual. La verdad sin armas y la libertad incondicional tendrán la última palabra cuando el simple sueño de una Guatemala segura sea reemplazado por las acciones concretas de hombres y mujeres que dediquemos nuestra vida a la justicia, la paz y la hermandad.

Septiembre

13 de septiembre de 2010


Con la llegada del mes de septiembre me hice una pregunta: ¿qué es el patriotismo? He pensado en esta definición por varios días, buscando realmente la forma de entender lo que encierra su significado. No fue tarea fácil, mucho tiempo me tomó darle vueltas al asunto sin saber verdaderamente cómo completar mis ideas. Tenía algunas, pero no era suficiente... Faltaba algo más.

Hablando con un conocido, de quien me reservo el nombre, llegamos a tocar este tema y encontré entonces mis respuestas. Él dice que no se siente avergonzado de ser guatemalteco... No, pero tampoco orgulloso. Dice que, me atrevo a citarlo, "no tiene razones para estar orgulloso de su país", y que no le da pena ser sincero y aceptarlo. Pocas veces en la vida me había sentido tan insultada como me sentí en los minutos que duró esa conversación.

Creo que eso es patriotismo. Que alguien me dijese que no se siente orgulloso en lo mas mínimo de esta nación, me indignó de tal manera que quería gritar, quería llorar. El patriotismo es un sentimiento que nos víncula a todos a nuestra patria por pertenecer a ella, pero más aún, a todos los guatemaltecos por ser hermanos, hijos de una misma tierra; un sentimiento que debería ser inherente a nosotros, a nuestra identidad. Sin embargo, me he encontrado con que muchas veces este término se confunde con nacionalismo, así que me doy a la tarea de explicar la diferencia entre ambos.

El patriotismo difiere del nacionalismo porque no necesita a un gobierno para manifestarse; el patriota se hace antes de la existencia de regímenes políticos, económicos o administrativos de ningún tipo en el territorio, y perdura aún cuando estos llegan a desaparecer. Esta permanencia en el tiempo de amor por el país es lo que constituye al verdadero patriotismo. No es el amor por el poder o la búsqueda de encargarse de los sistemas gubernamentales de una nación, es un valor diferente y muy superior.

Ahora definidos los términos, ¿qué nos queda? Debemos crear una fuerte identidad cultural en Guatemala para lograr que se dé un cambio verdadero. Debemos dejar de separarnos como grupos con distinciones étnicas, sociales, económicas, ideológicas y muchas otras diferenciaciones, y empezar a sentirnos individuos que son parte de un mismo grupo, que se dirigen a la realización de una misma meta.

Las acciones "patrióticas" son aquellas que nos sirven para mostrar el amor que tenemos hacia nuestro país. No es morir en un campo de batalla o una amiplificación tal; es simple y sencillamente desplegar la bandera al viento, cantar el himno con orgullo y defender y apoyar al país ante cualquier medio. No al gobierno ni a otra entidad: al país.

Si bien el patriotismo no define si una persona es "buena" o "mala", es un valor realmente importante. Los exhorto entonces a no ser como mi amigo, a estar orgullosos de su nación, su cultura y sus raíces. El día que dejemos la indeferencia atrás, las cosas empezarán a mejorar. El día que amemos a nuestro país, no nos atreveremos a causarle daño ni a manchar su honor de ninguna forma. Es necesario que todos cultivemos estos sentimientos de identificación, cariño y respeto, que nos conlleven a actos que busquen el beneficio de toda la comunidad guatemalteca, y por ende al desarrollo y evolución de nuestra sociedad.

Hace 189 años este país fue declarado "libre". Pero no hemos encontrado la libertad... Hoy, casi dos siglos después, aún tenemos la oportunidad de cambiar esta historia. Es más, tenemos la obligación moral de hacerlo; de firmar una Independencia real, firmarla en nuestro pensamiento y en nuestras acciones. Hoy debemos empezar un nuevo capítulo en nuestra historia y lograr que por fin el Quetzal rompa en vuelo, libre como ha querido siempre estar.

Es inevitable aceptar que Guatemala tiene muchísimos retos, pero estos debemos asumirlos todos quienes habitamos en ella. Amemos a una Guatemala que nos necesita, que se hunde... Y busquemos salvarla de ese ahogamiento. No podemos ver como nuestra sociedad se destruye y no interesarnos por ser parte de un cambio; los grandes cambios que se han logrado en el mundo han sido llevados a cabo por ciudadanos que aman a su patria y entienden que ésta define parte de lo que son como individuos. Han sido logrados por personas que comprenden, no solo la historia de su país, sino la del mundo, y que saben que deben luchar por no cometer los erorres del pasado.

En nuestra sociedad, se nos han dado pocas opciones porque otras personas han decidido qué es bueno para ellos mismos, disfrazándolo de democracia o de "qué es bueno para la población". No dejemos que el Gobierno, y los grupos de poder a quienes favorece, decidan por nosotros. La única manera de progresar es que el patriotismo nos permita exigir el cumplimiento de la libertad e independencia, ideales a los cuales tenemos un completo derecho. No permitamos que se limite nuestro poder de decidir y de educarnos.

En Guatemala no hay una verdadera democracia y esto ha tenido efectos en nuestro desarrollo individual y colectivo. Existe la necesidad de que seamos libres para poder alcanzar el progreso. Debemos entender que es indispensable reconstruir generacionalmente este país para hacer un cambio significativo y perdurable, y esto puede empezar a construirse desde el patriotismo: desde el AMOR por Guatemala.